Shi Tao - Barcas en la puerta celeste (siglos XVII-XVIII) |
A menudo se considera la pintura oriental como el arte del trazo. Podríamos decir también que es el arte del espacio. Efectivamente, el espacio constituye el soporte obligatorio de toda forma. El volúmen, la masa y el contorno elegante de un objeto así como el movimiento de un ser animado aparecen sobre el fondo espacial.
¿Quién no experimenta un sentimiento de impulso y libertad de cara a la gran amplitud o de íntima dulzura ante un rincón soleado? es el artista quien ha de traducir lo que su sensibilidad siente en presencia de todo espectáculo. Para conseguirlo, debe ejecutar un trabajo intelectual intenso, estudiando el reparto del espacio que debe ser equilibrado y contrastado en la representación pictórica en la creación en curso.
[L'art de peindre à l'encre de Chine, Ung No Lee, Paris: Ed. L'Atelier de la Bonne Aventure, 1988]
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