La crisis acaba con Áncora y Delfín, histórica
librería de Barcelona
Cierra
la General de Arte, abierta desde 1890, y Jaimes abandonará el paseo de Gràcia
SARA CANALS
Barcelona
No es la primera vez que una librería histórica cierra en Barcelona, pero ver cómo
algunos de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad van
desapareciendo poco a poco desanima al sector. Áncora y Delfín, una de las
grandes desde 1956, llevaba cuatro años luchando contra el impacto de la crisis
y, finalmente, se ha visto obligada a poner punto y final a más de 55 años de
historia. "Hacía tiempo que el negocio no funcionaba y al final nos hemos
resignado a aceptar que las estructuras pequeñas ya no se aguantan, y mucho
menos en el caso de las librerías", explica Eulàlia Teixidor, propietaria
de Áncoray Delfín desde 1997.
Teixidor es consciente de que, a
parte de las dificultades económicas del momento, la librería también se ha
visto afectada por una transformación del sector y del modelo de negocio y por
un cambio a nivel de consumo cultural. "Cada vez más los grandes negocios
se comen a los pequeños", añade Teixidor, "pero tampoco estamos ante
una crisis de consumo cultural. Sencillamente, los canales son otros y este
cambio ha repercutido directamente en nuestro sector".
La librería, que ha aprovechado
estas últimas fiestas navideñas para hacer sus últimas ventas, se despedirá de
sus clientes durante este mes de enero. A diferencia de muchas otras librerías, Áncora y Delfín rechazó la opción de innovar y
modernizar el negocio ante las repercusiones de esta múltiple crisis.
"Esta es una librería con mucha personalidad y hemos preferido cerrar
antes de remodelar el local y convertir Áncora y Delfín en otra cosa
totalmente distinta", explica la propietaria.
Otra opción para hacer frente a la
crisis consiste en prescindir de los servicios que suponen gastos adicionales.
Muchos libreros, por ejemplo, optan por renunciar a la inscripción en el Gremi
de Llibreters de Catalunya. "Algunas librerías deciden desapuntarse del
gremio sólo para evitar gastos", explica el secretario técnico del Gremi
de Llibreters, Eduard Garrell. Aun así, este detalla que en el pasado año la
asociación ha registrado más altas que bajas: 13 librerías se han inscrito en
el gremio y otras cuatro están gestando su apertura. A estas cifras se les
suman 4 bajas y el cierre de 6 librerías alistadas en el gremio. A pesar de la
crisis, el Gremi de Llibreters se muestra optimista y Eduard Garrell asegura
que "no hay alarma en el sector y el gremio sigue ayudando a las librerías
a adaptarse a los cambios".
Librería General de Arte Martínez Pérez |
La Librería General de Arte
Martínez Pérez es otra de las veteranas que la crisis se ha llevado por
delante. El propietario del establecimiento, Manuel Martínez, asegura que no le
queda más remedio que cerrar. "Lo he intentado todo", explica,
"pero me es imposible asumir el alquiler". Fundada en 1890 por su
bisabuelo, Tomás Martínez, esta librería - situada en la calle Valencia, entre
Balmes y Rambla Catalunya-,había sido un referente para amantes y expertos en
arte durante 121 años y había abierto sus puertas a artistas de renombre como
Picasso, Gaudí, Puig y Cadafalch y, más recientemente, Joan Miró, Salvador Dalí
o Antoni Tàpies. Para salvar el negocio, Martínez aprovechó los 500 metros
cuadrados del local para habilitar la Sala d´Arts, un espacio destinado ahora a
conciertos, charlas, presentaciones de libros, exposiciones y hasta desfiles de
moda. La librería pasó a hacer la función de centro cultural pero, aun así,
seis años después de fundar la Sala d´Arts, los beneficios seguían siendo
insuficientes. Según Martínez, la crisis también viene dada por el cambio de
perfil de la ciudad. "La multiculturalidad está absorbiendo los símbolos
identitarios de Barcelona, que ya no tiene nada que ver con lo que era hace 15
años", añade Manuel, preguntándose qué tipo de negocio sustituirá su
local.
A pocas calles de la Librería
General de Arte Martínez Pérez, en el paseo de Gràcia 64, la librería Jaimes,
especializada en literatura francesa desde 1941, también ha sido víctima de la
situación económica, a pesar de que sus ventas han aumentado un 10% este último
año. En su caso no cierra, pero no puede asumir el elevado alquiler en la calle
con más renombre de la ciudad. "En el 2014 se nos acaba el contrato y no
renovaremos", explica el propietario, Josep Mirón, "así que tenemos
previsto establecer una segunda librería en otro lugar de la ciudad tan pronto
como sea posible". De este modo, Jaimes podrá aprovechar sus últimos años
en el paseo de Gràcia y, a la vez, afincar la nueva librería en algún otro
punto de Barcelona.
[Publicado en La Vanguardia.com Libros el 06.01.2011]
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